Es momento de repensar nuestra energía y apostar por alternativas sostenibles, locales y democráticas. Es el momento de dejar de apostar por las grandes infraestructuras, por el mismo modelo que nos ha llevado hasta aquí.

29 de noviembre de 2023-. Las organizaciones y signatarios abajo firmantes de toda Europa expresamos nuestra profunda preocupación en relación con la primera lista de la Unión Europea de proyectos de interés común y proyectos de interés mutuo (lista PCI/MIP) con arreglo al Reglamento RTE-E revisado, que se publicará próximamente. En concreto, sobre los planes para incluir en la lista determinados proyectos relacionados con el hidrógeno.

En el contexto actual de grave crisis energética y climática, existe una tendencia creciente a considerar el hidrógeno como una de las opciones más adecuadas para contribuir a la descarbonización de la economía y alcanzar la neutralidad climática mucho antes de 2050. La Unión Europea (UE) lo ha incorporado a sus prioridades y planes de inversión, y las iniciativas a favor del hidrógeno se han multiplicado. Esto ha provocado el inicio de una frenética carrera por desarrollar numerosos proyectos, algunos de los cuales corren el riesgo de no ser necesarios en el futuro, por estar sobredimensionados y no responder a las necesidades de la transición energética.

Es el caso del proyecto H2Med, presentado por los operadores de las redes gasistas de España (Enagás), Portugal (REN) y Francia (GRTgaz y Teréga) a la convocatoria de diciembre de 2022. Según los promotores, este proyecto pretende ser el primer corredor europeo de hidrógeno verde y permitirá transportar dos millones de toneladas de hidrógeno desde la Península Ibérica hasta el centro de Europa, a través de dos interconexiones transfronterizas: una interconexión terrestre entre Portugal y España (H2Med-CelZa) y una interconexión submarina entre España y Francia (H2Med-BarMar).

Aunque el H2Med se presenta como una de las principales soluciones para que la UE acelere su avance hacia la descarbonización, existen serias dudas sobre su necesidad y utilidad reales, por lo que las organizaciones y signatarios abajo firmantes lo rechazan.

En primer lugar, el llamado hidrógeno verde basado en energías renovables se encuentra todavía en una fase muy prematura de desarrollo. Es una tecnología inmadura en términos de producción a gran escala, así como de transporte y almacenamiento. Para que contribuya de forma real y significativa a los objetivos climáticos de la UE, se necesitan grandes avances en términos tecnológicos y de eficiencia, así como menores costes de producción, ya que aún estamos lejos de poder considerarlo económicamente competitivo.

También es importante subrayar que, en caso de blending (es decir, la mezcla de hidrógeno y gas fósil/metano), el hidrógeno verde podría utilizarse como excusa para encerrarnos en décadas de mayor dependencia del gas fósil, lo cual es inaceptable por sus graves impactos sobre las personas y el clima.

Además, no pueden ignorarse las repercusiones medioambientales, climáticas, territoriales y sociales de la producción de hidrógeno verde a gran escala. El despliegue masivo e innecesario de proyectos de energías renovables para el abastecimiento exclusivo de los electrolizadores no sólo puede provocar impactos adversos sobre el medio ambiente y la biodiversidad, sino que también podría enfrentarse a una escasa aceptación social, debido principalmente a la falta de diálogo previo con las comunidades afectadas. También puede provocar graves efectos sobre el clima debido a su alto riesgo de fugas.

Está claro que el hidrógeno verde de origen renovable tiene un importante papel que desempeñar en el proceso de descarbonización de la economía y en el modelo energético del futuro. Sin embargo, es necesaria una planificación adecuada para definir claramente dónde producirlo y qué usos son viables y deben ser prioritarios.

Dadas las dificultades asociadas al transporte a larga distancia del hidrógeno verde desde el punto de vista técnico, económico, climático y de eficiencia energética, su producción debe realizarse cerca de los lugares donde se consume, mediante electrolizadores alimentados por energías renovables. Por lo tanto, los proyectos de infraestructuras para el transporte de hidrógeno a larga distancia, como el H2Med, son totalmente innecesarios. El uso del hidrógeno verde debe reservarse para aquellos casos en los que sea inviable el uso de otro tipo de energías renovables, y especialmente para sustituir el uso del hidrógeno como materia prima en determinados procesos industriales de difícil desaparición (como el del acero), así como en sectores imposibles de electrificar como, por ejemplo, el transporte marítimo o la aviación, con las siguientes salvedades: 1) que se realice de forma transparente y se ponga a disposición del público un análisis detallado de la necesidad real de hidrógeno en los distintos sectores y pruebas claras de usos sostenibles y eficientes; 2) que no se utilice para procesos o sectores que puedan electrificarse. También puede utilizarse para añadir flexibilidad al sistema, es decir, para el almacenamiento -para algunos tipos de transporte marítimo y aéreo- o con fines de respuesta a la demanda energética.

En cuanto al proyecto H2Med, es importante subrayar lo siguiente:

  • Su candidatura para la lista PCI se ha presentado sin que los promotores hayan realizado previamente un estudio detallado sobre las perspectivas de producción y demanda futuras de hidrógeno verde. No es razonable expandir el uso del hidrógeno verde con la construcción de nuevas infraestructuras sin haber realizado un análisis previo del contexto energético en el que nos encontramos y sobre las previsiones futuras.
  • En cuanto al H2Med-BarMar, los promotores ni siquiera disponían de información sobre su viabilidad técnica y económica, ya que el proyecto pertenece a una categoría para la que ni siquiera existe una guía de recomendaciones técnicas para su diseño que garantice la eficiencia y seguridad de la infraestructura, como indica la Agencia Internacional de la Energía.
  • El H2Med implicaría el desarrollo de una red troncal con nuevas infraestructuras para el transporte exclusivo de hidrógeno, como el proyecto de red troncal española de hidrógeno.

Sin embargo, hasta la fecha no se ha demostrado la necesidad de desarrollar una red para el transporte exclusivo de hidrógeno a media y larga distancia.

  • Según la industria, las infraestructuras europeas de transporte de hidrógeno, como el H2Med, implicarán la adaptación de los gasoductos. Las tecnologías para adaptar los gasoductos fósiles al transporte de hidrógeno no están desarrolladas actualmente a gran escala, ni son tan fáciles de aplicar como sugiere la industria. De hecho, debido a las propiedades fisicoquímicas del hidrógeno, éste implica un mayor riesgo de fugas, con las consiguientes graves repercusiones sobre el clima, ya que el hidrógeno es un gas de efecto invernadero indirecto. De hecho, a partir de cierto umbral crítico, el uso del hidrógeno tendría pocas ventajas sobre el de los combustibles fósiles.
  • Si finalmente se incluye el H2Med en la lista PCI, podría beneficiarse de controles medioambientales menos estrictos y quedar exento de evaluaciones exhaustivas de impacto ambiental. Esto último cobra especial relevancia si tenemos en cuenta que el H2Med-BarMar atravesará el Golfo de León, uno de los ecosistemas con mayor índice de biodiversidad del Mediterráneo.
  • La financiación pública que recibiría por ser declarado PCI desviaría importantes recursos económicos que estarían mejor empleados en medidas más urgentes que ya han demostrado su eficacia, como la reducción del uso de recursos, la electrificación, la apuesta por proyectos renovables con participación ciudadana, el autoconsumo, las comunidades energéticas y la mejora de la eficiencia energética de los hogares.

Le pedimos que se posicione en contra de este proyecto debido a las múltiples y graves dudas sobre su necesidad y utilidad reales, y en contra de otros proyectos de transporte de hidrógeno a gran escala propuestos para la lista PCI/PMI que se enfrentan a una falta de análisis similar y a problemas parecidos. Le pedimos que abogue por una transición energética que tenga en cuenta el uso del hidrógeno verde dentro de unos procedimientos de planificación adecuados que consideren las perspectivas futuras de su producción y demanda, definan dónde producirlo y qué usos son viables y prioritarios.

FIRMAS

Responsables políticos

Caroline Roose, Diputada del Parlamento Europeo (Verdes/ALE)

Dani Cornellà Detrell Diputat del Parlament de Catalunya (CUP)

David Cormand, Diputado del Parlamento Europeo (Verdes/ALE).

Eloi Badia Casas. Diputado del Congreso (Catalunya en Comú)

Francisco Guerreiro, Diputado del Parlamento Europeo (Independientes portugueses - Verdes/ALE).

Gala Pin. Diputada del Parlamento (En Comú Podem)

Júlia Boada Danés. Diputada Congreso de los Diputados (Sumar En Comú Podem)

Júlia Boada, diputada de En Comú Podem (GP Plurinacional Sumar)

Manu Pineda Diputado del Parlamento Europeo (IU/PCE - La Izquierda).

Marie Toussaint, Diputada del Parlamento Europeo (Verdes/ALE).

Michèle Rivasi, Diputada del Parlamento Europeo (Verdes/ALE).

Miguel Urbán Crespo. Diputado del Parlamento Europeo (Anticapitalistas - La Izquierda)

Rosa D'Amato, Diputada del Parlamento Europeo (Verdes/ALE).

Sira Rego. Diputada del Parlamento Europeo (IU - La IZQUIERDA), Portavoz Federal de IU.

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Más información:

Lucía Dalmau
Área de Comunicación
lucia.dalmau@ecodes.org

Cristian Quílez
Responsable de Políticas de Transporte y Movilidad
cristian.quilez@ecodes.org

 

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